Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
avanzados, corrompida por las prebendas imperialistas, de desarrollar
una verdadera labor proletaria revolucionaria de propaganda, agitación
y organización entre los campesinos pobres; los oportunistas dirigían y
dirigen toda su atención a la tarea de inventar formas de conciliación
teórica y práctica con la burguesía, incluyendo al campesino rico y me-
dio (de estos hablaremos más adelante), y no a la del derrocamiento
revolucionario del gobierno burgués y de la burguesía por el proletaria-
do. En tercer lugar, se mantiene debido a la incomprensión obstinada,
que ya tiene el arraigo de un prejuicio (vinculado a todos los prejuicios
democrático-burgueses y parlamentarios), de esta verdad, perfectamen-
te demostrada por el marxismo en el terreno teórico y completamente
confirmada por la experiencia de la revolución proletaria en Rusia, a
saber: que la población rural de las tres categorías arriba señaladas,
embrutecida hasta el extremo, desperdigada, oprimida, condenada en
todos los países, incluso en los más avanzados, a vegetar en condiciones
de vida semi-bárbara, interesada desde el punto de vista económico,
social y cultural en el triunfo del socialismo, es capaz de apoyar al pro-
letariado revolucionario únicamente después de que este conquiste el
poder político, sólo después de que ajuste terminantemente las cuentas
a los grandes terratenientes y a los capitalistas, sólo después de que estos
hombres oprimidos vean en la práctica que tienen un jefe y un defensor
organizado, lo bastante poderoso y firme para ayudar y dirigir, para
señalar el camino acertado.
4. Por campesinos medios, en el sentido económico de la pala-
bra, debe entenderse a los pequeños agricultores que poseen, ya sea a
título de propiedad o en arriendo, también pequeñas parcelas de tierra,
si bien tales que, en primer lugar, proporcionan bajo el capitalismo,
por regla general, no sólo el rendimiento necesario para sostener po-
bremente a su familia y su hacienda, sino también la posibilidad de
obtener cierto excedente, que puede, por lo menos en los años mejores,
convertirse en capital; tales que, en segundo lugar, permiten recurrir en
muchos casos (por ejemplo: en una hacienda de cada dos o tres) al em-
pleo de mano de obra asalariada. Un ejemplo concreto de campesinado
medio en un país capitalista avanzado lo ofrece en Alemania, según
el censo de 1907, el grupo de explotaciones con 5 a 10 hectáreas, una
tercera parte de las cuales emplean obreros asalariados.
3·
En Francia,
3 Damos cifras exactas: el número de explotaciones con 5 a 10 hectáreas era de
652.798 (sobre un total de 5.736.082); tenían 487.704 jornaleros de toda clase, ha-
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